La temporada pasada censuramos la actitud de Mourinho cada vez que justificaba con pataletas su segunda posición en el campeonato de Liga o en su eliminación en Champions League, sin reconocer simplemente que el rival había sido mejor. Una orquestada campaña arbitral planteada desde la Federación Española y la Uefa o un calendario perjudicial en contra de los intereses del Real Madrid, eran argumentos que contínuamente arrojaba el portugués. Dudando de los éxitos deportivos del Barça y menospreciándo lo que conseguían por méritos propios. Lamentable.
Las críticas a Mourinho por lo que parecían pataletas del que no sabe perder, han cogido el puente aéreo. Desde el Barça ésta temporada se ha adoptado el mismo discurso, con la diferencia de que no es Guardiola quien hace tan tristes declaraciones, aunque maneja su fina ironía para no perder esa imágen de santo varón que siempre le gusta vender. Es mas grave aún, que sean miembros de la junta directiva, como las últimas declaraciones del vicepresidente Villarrubí que pone en duda la limpieza del campeonato, los éxitos del rival, argumentando las mismas estupideces que la temporada pasada hizo Mourinho, complot arbitral para que el Barça no gane y favorezcan al Madrid. Lamentable, triste y cansino.