En ocasiones parece imposible entender algunas decisiones que toman las directivas, entrenadores o los directores deportivos de algunos clubes. Parece mentira que un jugador de los que no quedan en el mercado futbolístico mundial, como David Silva, tuviera que salir de la Liga Española camino a Inglaterra, al Manchester City por cerca de 35 millones de Euros.
La pasada temporada cuando el Valencia ahogado por sus problemas económicos tuvo que poner en venta a sus estrellas, Villa y Silva, parecía que el camino mas evidente del canario podía ser el Real Madrid, pues el club que preside Florentino Pérez no tenía, ni tiene en la actualidad, un jugador de las características del canario. Pero el Madrid, ya gobernado por el recién aterrizado en aquel momento Mourinho, prefirió mirar para otros jugadores como Khedira, Ozil o Di María. Futbolístas que si bien han demostrado calidad para jugar en el Madrid, parece increíble que desechara su contratación, que le hubiera dado un tremendo salto de calidad en la media punta, posición en la que solo Ozil responde a esas prestaciones.
También se achacó en aquel entonces que el precio de salida del Valencia era excesivo, fueron 35 kilos. Argumento que se utilizó para acallar a los "locos", entre los que me incluyo, que nos parecía imposible dejar marchar a Silva a Inglaterra. Justamente lo que parece que afronta ahora pagar el Madrid al Benfica por el lateral portugués Coentrao, el nuevo capricho de Mourinho. O incluso lo que se pagó por Di María, la pasada temporada, aunque luego el argentino demostró valer lo que se pagó por él. Pregunto inocentemente: ¿de verdad Coentrao vale lo que la pasada temporada no se quiso pagar por David Silva?
Después de ver el temporadón de Silva en el fútbol inglés, ver su espectacular primera parte ayer con la selección en el amistoso contra USA, cualquier seguidor de fútbol se sigue formulando la misma pregunta que hace un año por éstas fechas. ¿Como puede ser que no tenga hueco en un grande de España?
Mientras existan dirigentes, intermediarios, agentes y entrenadores que actuen bajo una dudosa política de fichajes, donde comisiones, intereses personales o convertir el vestuario en un dominio privado bajo el manto de jugadores de una misma nacionalidad o representados por un mismo agente, jugadorazos como Silva o Borja Valero no tendrán sitio en favor de Altintops, Diarras o Coentraos. Seguiremos exportando grandísimos jugadores y denostando canteranos de enorme calidad. Pero al consumidor de buen fútbol no le van a engañar.
imagen: 20minutos.es
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